17 junio 2007

Diario de un error

Sinceramente creo, y esto no deja de ser una opinión...

Que llevar un diario es una de esas tareas que todo el mundo considera necesaria pero que poca gente logra llevar a cabo.

Y creo que el no hacerlo realmente obedece a algún tipo de ejercicio inconsciente de salud mental. Amigo Freud, si todos lleváramos un diario tus toerias se caerían del guindo por obvias y redundantes y confirmarían sin duda alguna todas tus teorías.

Y es que no hay nada más sano como que corra el aire y que el tiempo pase. Lo malo pasa a segundo plano, se olvida y hasta nos parece anecdótico. El tiempo es implacable e incluso cuando surge "el amor en tiempos del cólera" nos juega una mala pasada dejando a un lado lo amargo y haciéndonos recordar tan solo bueno.

Que dulce medicina aquella que nos permite recordar todo lo bueno y en cierto modo moldear a nuestro gusto aquello que no es de nuestro agrado para hacer nuestra existencia más llevadera

Y es que realmente llevar un diario detallado supondría mantener ese dedo en la llaga, permitiendo que nuestros errores o los de aquellos que nos rodean estuvieran permanentemente vigentes.

Primer error, olvidar los que se han cometido

Segundo error, recordarlos a diario

Tercer error, cometer alguno que nos podamos reprochar cada día

Cuarto error, creer que no hemos cometido ninguno

Quinto error, buscar un culpable

Sexto error, pensar

Séptimpo error, no descansar

El problema, la perspectiva

4 comentarios:

Blanche dijo...

una vez me dijeron que quien escribe un diario , por mas secreto que sea, es para que en algun momento sea leido por alguien. Lo deje hace tiempo, de hecho creo que lo perdó. Pero no puedo negar que escribir libera.

Jaime dijo...

Y tanto que lo hace, pero hay que tener cuidado con lo que se escribe y como se escribe...

Olguita dijo...

A mi escribir me apacigua cuando parece que todo está en tormenta. Pero en mi caso, creo que sobre todo escribo cuando hay tormenta... asi que, yo sólo puedo recuperar mis archivos heridos.

José Moya dijo...

Coincido con Olguita. Escribir tranquiliza, pero luego, a menudo, querrías borrar eso que has escrito.
Lo curioso es que no lo haces...